

Roma
Estreno: 30 de agosto del 2018
(Festival Internacional de Cine de Venecia)
14 de diciembre del 2018 (Netflix)
Duración: 135 minutos
Roma: Al más puro estilo neorrealista
Redactada el: 23/12/2018
por: mc.n
México, 1970, en una colonia llamada Roma de un barrio de clase media, dos empleadas, Cleo Y Adela, buenas amigas, trabajan para una familia de buenos recursos económicos. Cleo, muy allegada a los niños y su patrona Sofía, que lidia con un matrimonio disfuncional, atraviesan durante un año tormentoso diferentes momentos que afectaran sus vidas, y, que sin embargo saldrán de ellos ofreciendo un homenaje artístico al matriarcado que moldeó el mundo del Director Alfonso Cuarón.
Antes de ver la película no tenía ni la más mínima idea de lo que tratase, había oído, junto a ojos ciegos, que narraba sobre la clase trabajadora en México en los setenta, y más o menos me forjaba una idea de lo que trataría, pero jamás pensaría que, a pesar de las expectativas que podía formarme me cautivaría por completo. Roma cuenta las experiencias de una familia de clase media y de clase trabajadora. Era imposible no recordar a Florida Project al ver Roma, poseía casi la misma fórmula, vidas normales de personas normales, casi abandonadas por la vida, pero era evidente que ambas tramas eran totalmente distintas.

Sinopsis Explicada:
Roma, en pocas palabras, es un trabajo que demuestra que en lo simple hay una belleza que no se podrá encontrar jamás en ninguna parte, nos muestra el lado humano de la personas y se fija en sus acciones a través de un trabajo audiovisual impecable, sin engordarnos de tanto diálogo absurdo.

Desde el inicio del largometraje nos transporta al estilo de vida que lleva nuestra protagonista, Cleo, los hábitos que tiene y, que tanta es la cercanía con su amiga, Adela, con los niños a cuidar y con sus patrones –quienes suelen tomar una actitud clasista en ciertas ocasiones de desbalance emocional-. Junto a lo dicho, Sofía, su patrona, sufre de un matrimonio poco feliz, en el que su esposo tiene otra pareja y engaña a sus hijos –y a Sofía- con supuestos viajes de trabajo. Luego nos adentra más en la vida del personaje de Yalitza, Cleo: una vida fuera del trabajo, donde, junto a su amiga Adela, tienen una relación en pareja con, Fermín y Ramón, respectivamente; consecuentemente en una de esas salidas –la primera que nos muestra en la trama- Cleodegaria queda en encargo, o embarazada de Fermín al no entrar al cine con Ramón y Adela porque preferían aprovechar la tarde. En fin, Cleo, al decirle sobre el embarazo Fermín, de ya esperarse, no da razón y pierde contacto total con Cleo. Sofía se entera del engaño de su esposo médico y, un poco antes, del embarazo de Cleo, a quien decide ayudar con apoyo médico para el día del nacimiento, el cual se dio cuando, yendo a comprar una cuna con la abuela de los niños, una trifulca de protestantes comenzaron a atacar a la policía en la que sorprendentemente se hallaba Fermín, a quien fue a buscar tiempo atrás para decirle por segunda vez lo del encargo (embarazo) y quien la amenazó con matarla si se lo volvía a mencionar; Cleo da a luz a un niño muerto, y, es preciso mencionar que la unión de estas escenas es totalmente impresionante, desde la llegada de la trifulca de protestantes de Goya hasta el momento del parto, porque trabaja el interés humano llegándote las actuaciones a lo más recóndito de tu sensibilidad con tan solo un paso fotogramas sin dialogo, donde no subestima a la audiencia en absoluto. Finalmente, viaja con la familia, Sofía, ya en proceso de divorcio y los niños, con quienes tenía una relación muy estrecha, a una playa disfrutando de pequeñas vacaciones. En este viaje, Cleo, a pesar de no saber nadar salva a los niños de ahogarse, al salvarlos se realiza una unión entre los niños y la madre que demostraba esta relación entre clases. No está de más mencionar que esta escena es una de las mejores escenas de la película, el modo en que te cuentan esta escena de Cleo salvando a los niños es inverosímil que te hace preguntar cómo es que lo hicieron. Continuando, llegan a casa todos felices y algo afligidos porque el padre de los niños ya había retirado sus cosas de la casa. En sucesivo Cleo vuelve a sus labores normales de la casa subiendo escalones hacia la lavandería, terminando, no de otra mejor manera, la película.

Crítica
El trabajo en monocromo resulta ser un trabajo excelentísimo que, en lo que a mí concierne, a través de la psicología de colores tan simple como el blanco y negro ocasiona un apego emocional, tanto con los personajes como con la época ambientada; aunque se suele notar en pequeñísimas ocasiones el exceso de blancos, pero nada que le pueda quitar mérito, pues grabar en monocromo es súper difícil.

Ahora, la fotografía es realmente excepcional, el uso de texturas, puntos de fuga y colocación de personajes con el motivo único de impresionar al presente son sin duda formidables. La cámara fija y el estilo monocromo le caen a Roma como anillo al dedo, pero hay algunas excepciones, la cámara fija, es decir sin movimiento, en el sentido de cómo lo puede hacer una steadycam, nos traslada a un aspecto externo del personaje y no al sentido interno del principal, que en este caso es Cleo y el cuál debe primar para transportarnos a la psicología del protagonista, no hay una posición del personaje que me haga sentir más allá de la empatía y que solo se quede en una cierta conmoción de su vida. En algunos casos, por no decir la mayoría, funciona; pero pienso que tan sólo falto eso para poder calificar como perfecta a Roma.

En relación al final, no podía ser mejor, no podía terminar de otra forma, tenía exclusivamente que terminar así, porque meterle otra trama para darle conclusión habría resultado una desfachatez. Simplemente bellísimo.
Así, a través de una trama no tan compleja, Roma dialoga con el espectador de una manera tan inefable, que muchas películas no suelen lograr hoy en día.
